Todos prácticamente oímos. Captamos todo tipo de sonidos y lo hacemos sin hacer nada. Simplemente nuestro cerebro interpreta la información que nos mandan nuestros oídos. Sin más.
Pero escuchar es muy diferente. En la escucha interviene una intención consciente. Un deseo y un esfuerzo por interpretar y captar lo que la otra persona nos está contando.
Y seamos realistas: la gran mayoría de nosotros no sabemos escuchar.
Cuando estamos en una conversación, a veces no nos interesa( y nos evadimos a nuestras cosas), otras no nos gusta el tema de conversación, o queriendo aportar interrumpimos al hablante tomando la atención de la conversación. Y sobre todo solemos tener juicios sobre lo que la otra persona está diciendo. Enjuiciamos constantemente.
La escucha activa nos abre un nuevo mundo de percepciones si la trabajamos un poquito. Como todas las habilidades, enfocando y poniendo nuestra verdadera intención, veremos resultados positivos a todos los niveles, tanto en las relaciones personales como en nuestro conocimiento personal.
¿Y cómo puedo trabajarla?
Lo primero es intentar escuchar sin enjuiciar. Los juicios nos limitan y nos hacen tener una perspectiva limitante, perdiendo mucha información de lo que nos transmite el hablante.
Intenta posicionarte desde un lugar neutro.
Lo segundo es poner nuestra total y absoluta atención a lo que nos están intentando comunicarnos. No existe nada más, el hablante y el que escucha. Nada es más importante que el "aquí y ahora" de ese momento. Con esto conseguimos dos cosas:
la sensación de ser escuchado y ser importante por parte del que habla y la percepción de planos sutiles que antes no percibíamos ( ciertas palabras, gestos, emociones escondidas o silencios) por parte del que escucha.
Y lo tercero y más importante: escucha con amor y comprensión. No parece muy importante, pero lo es todo en una verdadera escucha. Cuando ponemos emoción sincera en la escucha emitimos un espacio personal y especial en el que la otra persona se siente a salvo, se siente en confianza para sacar y comunicar de otra manera que resulta sanadora y produce gran alivio en su interior. Pero no sólo es positivo el arte de la escucha para el que habla sino también para el que escucha. El oyente con la intención de la escucha encuentra mucha paz y sosiego. Además potencia la paciencia y el poder de comprensión, dotándola de mayor conexión con su interior y con los demás.
La escucha activa es un pilar fundamental y esencial en el mundo del Coaching. No sólo para el Coach que debe utilizarlo en la sesión, como para el coachee que toma mayor consciencia de sus ideas limitantes y viejos juicios, llevándolo a un cambio de observador significante a la hora de querer lograr cambios en su vida.
Por eso tanto en un proceso de Coaching como en nuestra vida en general es importante que trabajemos la calidad de nuestra escucha.
Mejoremos nuestros momentos de presencia en nuestras relaciones con amor y compresión y disfrutemos del camino de la vida.
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